Todos los blogs son blogs, con o sin comentario. Un blog sólo necesita, en mi humilde opinión, un creador de contenido. Con este factor, da igual si tiene comentarios o no los tiene, si los censura, si los modera, etcétera. Lo importante de los blogs es tener algo para contar y contarlo, por supuesto. El resto de las cosas son condimentos, que en algunos casos mejoran el fin de algo y en otros simplemente no afectan en nada.

Uno de los casos más destacados es el portal de divulgación Microsiervos que a finales de 2005 deshabilitaron los comentarios y que en los meses posteriores publicaron las métricas comparativas de tener, o no, comentarios. Mediante su experimentación se ha podido extrapolar que no hay relación directa entre las métricas a nivel de visitas y páginas vistas con que un blog tenga comentarios o no. Lo cual no quita que los comentarios sean entretenidos y divertidos si el autor de blog tiene ganas y tiempo para mantenerlos decentemente. Lo que verdaderamente atrae a la gente a leer los blogs es el contenido. Así de sencillo.

Aunque no haya un sistema de comentarios se puede seguir manteniendo conversaciones mediante el correo electrónico (oriolavilagrijalva@gmail.com) e incluso realizar «actualizaciones» que se añaden a las entradas. A veces simplemente conversamos por correo, no se publica nada. Los que se publican son actualizaciones generalmente relevantes y, sobre todo, «sin ruido».

La última actualización publicada en 2017 fue de 400 billones de comentarios-no-deseados bloqueados, sin embargo no se publicó la de comentarios no-spam.

En 2010 Akismet, el sistema antispam de blogs de Automattic, frenó su comentario-no-deseado número 19 billones y junto a ello la última publicación de mensajes no-spam. Sorprende así pues la gran diferencia entre ambos valores, dando lugar a la siguiente tabla:

Total spam: 19,193,285,214
Total ham (no-spam): 3,686,458,007

Hablar para no decir nada

No importa si la entrada es suculenta en debate, en información, o si es una entrada de contenido regular, breve, programada, el tema es que la gran mayoría de los comentarios son de índole insustancial: no aportan nada. Cuando me refiero a que no aportan nada simplemente digo que no agregan valor a la discusión per se, sino que son voces de relleno, pueden estar o no de acuerdo con el locutor y por ello no tienen que ser mejor o peor en materia de contenido.

Un comentario insustancial puede ser un «Muchas gracias, eres un genio» como un «Vaya mierda de escrito, eres basura, que lo sepas». O sea, no hace falta que los comentarios se conviertan tampoco en una tesis para un doctorado pero simplemente las respuestas normalmente carecen de base crítica, y por ende, son sólo un problema que está puesto en el lado del que tiene y mantiene un blog.

En cierta forma entiendo esta insubstancialidad: es un problema del mismo medio. Este medio no está bien diseñado para discusión, para eso hay otros medios mucho mejores que un blog: foros de discusión, Facebook, Twitter, y un montón de lugares donde poder elaborar el debate que quiera.

¿Por qué hacer uso del correo electrónico es mejor?

En definitiva, los comentarios no son la única, ni necesariamente la mejor, forma de interacción entre autores y lectores de weblogs y no formaron parte estructural del medio en sus comienzos.

Primero porque nos quita a nosotros (los autores de los blogs) la carga de moderar. El problema simplemente se va de un plumazo y era un problema complicado porque uno tiene que ser juez y verdugo en muchos casos, lo cual genera una cantidad de incordios insuperables.

Los correos que solemos obtener tienen una carga más personal. Cada correo está dirigido hacia una persona o entidad en concreto y no para una audiencia. Tienen un emisario y un receptor, ésto nos hace más cautos con nuestra elección de palabras.

Y finalmente, y lo más importante para los lectores, los comentarios cambian permanentemente la forma en que los autores escriben. En lugar de escribir para todos, el locutor escribe anticipándose y esperando la respuesta al escrito en los comentarios.